¿Qué tipo de tratamiento dermatológico necesitas?

El acné es un cuadro inflamatorio que afecta a los folículos pilosebaceos, sus síntomas principales son las papulopustulas (granos), los comedones (espinillas) y los quistes.
Se trata de un cuadro muy frecuente en la adolescencia, aunque puede presentarse o persistir en la edad adulta.
Si, ya que para muchos pacientes que sufren acné puede tratarse de un cuadro con alto impacto psicosocial, pudiendo causar vergüenza y complejo en algunos casos.
El tratamiento debe ser personalizado y basado fundamentalmente en el tipo de acné. Las terapias son múltiples y varían desde tratamientos tópicos (cremas, jabones, mascarillas) a tratamientos orales para casos más graves. También se realizan tratamientos mediante peeling químico, especialmente para comedones (espinillas), poros abiertos y cicatrices de acné.
La rosácea es una enfermedad inflamatoria crónica de causa desconocida, que se caracteriza por un enrojecimiento en la parte central de la cara.
Cuando la rosácea progresa, pueden desarrollarse otros signos y síntomas como; la cuperosis, pápulas (granitos), telangiectasias (venitas) e incluso en algunos casos se produce engrosamiento de la piel.
Los tratamientos se realizan dependiendo del tipo de lesiones que presente el paciente y varían desde tratamientos tópicos (cremas), vía oral o tratamiento mediante luz pulsada intensa o láser vascular.
Los eczemas son cuadros inflamatorios de la piel que en su fase crónica se manifiestan fundamentalmente por manchas rojas con descamación y picor.
Los tratamientos se realizan dependiendo del tipo de lesiones que presente el paciente y varían desde tratamientos tópicos (cremas), vía oral o tratamiento mediante luz pulsada intensa o láser vascular.
Se trata de una enfermedad inflamatoria de la piel, que puede afectar en algunos casos a las articulaciones.
Se manifiesta como manchas rojas con escamas blancas que se presentan fundamentalmente en codos, rodillas y cuero cabelludo, aunque puede afectar a cualquier parte de nuestro cuerpo.
Es una enfermedad con un impacto psicológico muy importante, porque, aunque no es una enfermedad contagiosa, los pacientes que la padecen sufren en ocasiones rechazo por algunas personas.
Actualmente disponemos de múltiples tratamientos, que, aunque no curan la enfermedad, la mejoran de tal forma que los pacientes pueden llevar una vida dentro de la normalidad.
El cáncer de piel es una enfermedad producida por el desarrollo de células cancerosas en cualquiera de las capas de la piel. Existen dos tipos: el tipo no melanoma (carcinomas basocelulares y espinocelulares fundamentalmente) y el melanoma que es el cáncer más agresivo.
El factor de riesgo más importante para el cáncer de piel es exposición a los rayos del sol, por tanto, el mejor método para la prevención del cáncer de piel es protegerse contra tal exposición:
También es importante consultar con su dermatólogo en caso de presentar algún lunar nuevo, o si algunos de los que tenemos ha cambiado de forma, color o ha crecido de forma llamativa.
No suele ser necesario ninguna prueba dolorosa, un dermatólogo con experiencia puede diagnosticarlo por el aspecto que presenta y mediante una técnica conocida como dermatoscopia, no obstante, en algunos casos dudosos puede ser necesario una biopsia.
El tratamiento de elección suele ser la cirugía, no obstante, en algunos casos se puede utilizar tratamientos mediante crioterapia, electrocoagulación, laser o tratamientos tópicos.
El melanoma es el tipo de cáncer de piel más agresivo, puede afectar a cualquier persona, pero aquellas que presentan muchos lunares (nevus), o tienen lunares atípicos presentan mayor riesgo.
El diagnóstico temprano de estos tumores es fundamental, y en este sentido el control digital y dermatoscópico se ha convertido actualmente en la herramienta más importante.
Utilizamos el sistema Fotofinder Dermoscope®, cuya técnica consiste en:
Son un conjunto de enfermedades infectocontagiosas que se transmiten de persona a persona por medio de contacto sexual. Las más frecuentes son las relacionadas con el virus del papiloma humano (VPH), especialmente las verrugas genitales o condilomas acuminados.
Estas verrugas pueden ser tratadas de diferentes formas siendo la crioterapia (congelación con nitrógeno líquido) la más extendida. Otras infecciones de transmisión sexual que se valoran en dermatología serían la sífilis y el herpes simple genital.
La caída de pelo es un fenómeno natural que sirve para la renovación de nuestro cabello, excepto en los casos que esta sea excesiva y produzca alopecia (pérdida de densidad de nuestro pelo).
El dermatólogo le realizará una exploración general donde valorará el tipo de pelo, grado de caída y posibles áreas de alopecia. También realizaremos una tricoscopia digital que es una técnica de última generación para determinar el tipo de alopecia y su posible causa.
El sudor excesivo o hiperhidrosis es un cuadro que consiste en la eliminación de sudor de forma exagerada. Afecta fundamentalmente a palmas y axilas.
Una opción de tratamiento es la toxina botulínica, es una solución no quirúrgica para eliminar el exceso de actividad de las glándulas sudoríparas de manera temporal que reduce significativamente el sudor en la zona tratada permitiendo al paciente llevar una vida normal.
Se realiza mediante microinyecciones pequeñas dosis de toxina botulínica en la zona definida.
En la mayoría de los casos, los pacientes suelen realizarse este tratamiento una vez al año. Para aquellos casos más severos, el tratamiento se puede repetir incluso tres veces al año.
Existen diferentes tipos de verrugas, las más frecuentes son:
Existen diferentes tratamientos como la congelación con frío (crioterapia), la electrocoagulación o el láser, que es el tratamiento con mejores resultados estéticos.
Se trata de una enfermedad inflamatoria de la piel cuyos síntomas principales son los eczemas, el picor y la piel muy seca.
En Instituto Neofacial contamos con un equipo especializado en el cuidado de las enfermedades de la piel.
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