Nuestro cerebro, de tan sólo 1,5 kg de tejido, consume el 30% de nuestra energía y recibe el 25% de la sangre que bombea el corazón. Todo ello para ser un ordenador biológico, sólo superado por ordenadores de fabricación humana en velocidad de cálculo y en capacidad de almacenamiento, pero todavía no en inteligencia, entendida como la capacidad de entender, elaborar, asimilar información y utilizarla para resolver problemas. Y a esto se añade una capacidad más, tampoco superada por las máquinas, la de aprender y utilizar lo aprendido en la elaboración de la nueva información y la resolución de los nuevos problemas. Si los neurofisiólogos recomiendan aprender cosas nuevas para prevenir el envejecimiento cerebral, es nuestra capacidad de aprender, de adaptarnos, de elaborar nuevos proyectos y tener nuevas ilusiones lo que nos mantiene jóvenes y vivos en el sentido más amplio. Es Navidad Y Año Nuevo. ¿Que hemos aprendido este año? ¿Que vamos a aprender el próximo? ¿Estamos viviendo como queremos vivir? ¿Qué nos falta? Siempre tengo presente la frase de Gandhi: “Vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir siempre”. No está mal para empezar el año. Feliz Navidad!!